En los últimos años hay una bebida que ha resurgido y ha vuelto a ocupar un lugar central en nuestras reuniones sociales, aunque sus orígenes se encuentran en la antigua Grecia, la palabra vermut llega de la variación de la palabra alemana wermut que significa absenta o ajenjo, la planta principal que se usa para aromatizar el vino a partir del cual se elabora el vermut.
En efecto, el vermut es elaborado con vino, agua, alcohol, plantas botánicas y opcionalmente azúcar caramelizado, siendo una tradición el secreto de la fórmula que utiliza cada fabricante que no indica la proporción de plantas, flores y frutas.
El VERMUT Nº1, es elaborado con una selección de uvas del Camino de Santiago. Provenientes del camino francés Sauvignon Blanc y Verdejo y del camino portugués. La uva Albariño aportan a este vermut notas frescas y cítricas que junto a su maceración con 15 hierbas le ofrecen unas notas a pomelo.
La bebida, busca el equilibrio entre dulce, amargo y ácido, para provocar un retrogusto largo que permanezca en el paladar y nariz del consumidor. Para conseguirlo se suele utilizar vino blanco, aunque también hay vermut hecho con tinto, hierbas como el ruibarbo, el lúpulo, la angélica, el anís estrellado, el díctamo y por supuesto el ajenjo que da nombre a esta bebida. Además los fabricantes también usan especias como la canela, la vainilla y el cardamomo para darle un toque más exótico.
Existen dos variedades de vermut: el vermut blanco y el vermut rojo, también llamado vermut negro. Este último es de origen italiano y resulta más dulzón, mientras que el blanco es más potente y amargo, y tiene su origen en Francia.
También podríamos distinguir entre vermut embotellado y vermut a granel o de grifo, y entre vermuts industriales y vermut de elaboración artesana, pero todas las bebidas tienen en común su base alcohólica y su fermentación con determinadas plantas y especias.
Con el vermut, a diferencia del vino, una vez ha sido embotellado está listo para su consumo y a partir del segundo año comienza a perder fuerza aromática. Una vez abierto es mejor consumirlo cuanto antes.
Actualmente, hablamos de la hora del vermut que es esa franja entre aproximadamente las 11:00h y la 13:00h, un pequeño momento que sirve de preámbulo para la comida. Las mesas se llenan con vermut blanco o rojo, berberechos, aceitunas, patatas fritas, frutos secos, snacks y otros piscolabis…
Pero… ¿Sabemos cómo y a qué temperatura servir el vermut?
La temperatura ideal para adquirirlo, si se quieren apreciar todos los aromas y sensaciones que nos ofrece esta mítica bebida, se debe servir en torno a los 6 o 10º. La temperatura depende de la tipología, pero todos necesitan un golpe de frío para que su sabor sea el mejor. Y continuamos con las reglas del vermut: La primera es el vaso, tiene que ser un medio vaso de tubo o de boca ancha con base estrecha, aunque en muchos lugares puede servirse en una copa media. Lo más clásico es tomarlo en un vaso con hielo, con o sin rodaja de lima, así es como se sirve nuestro VERMUT Nº1, donde se puede añadir unas aceitunas dentro, aunque hay muchas otras formas de disfrutar de esta bebida.
Entre otras, la de añadir un chorro de sifón o de agua carbonatada, Además de beberse como aperitivo, el vermut no está pensado para tomarse solo, sino que también sirve de base para muchos cócteles e incluso mezclado con cerveza, La Nª1 está desarrollando una nueva marca de cerveza que combinado con su vermut Nº1 dará un maridaje espectacular al paladar de cualquier consumidor.